miércoles, 16 de marzo de 2011

Escritura / Lectura

Tantas razones hay para escribir... y sin embargo también solo se escribe "por escribir". A veces, ni "por escribir", sino porque no queda otra salida. La escritura que es catársis, la escritura que es alivio, la escritura que es necesaria y libre, a la vez.

Mi amado Roland Barthes me ha enseñado tanto sobre esto... sobre escribir, sobre leer, sobre usar el lenguaje y habitarlo.

Por eso, un poco de Roland para pensar qué sucede "en"  y "por" la escritura:

(...) "tan solo la escritura es capaz de romper la imagen teológica impuesta por la ciencia, de rehusar el terror paterno extendido por la abusiva "verdad" de los contenidos y los razonamientos, de abrir a la investigación las puertas del espacio completo del lenguaje, con sus subversiones lógicas, la mezcla de sus códigos, sus corrimientos, sus diálogos, sus parodias; tan solo la escritura es capaz de oponer a la seguridad del sabio - en la medida en que está "expresando" su ciencia - lo que Lautrémont llamaba la "modestia" del escritor."

Pero la modestia del escritor - bello nombre, para el pleno ejercicio del deseo de escribir - requiere de un lector, de la lectura. Y según Roland, otra vez,

(...) "una "auténtica lectura", una lectura que asumiera su afirmación, sería una lectura loca, y no por inventariar sentidos improbables ("contrasentidos"), no por ser "delirante", sino por preservar la multiplicidad simultánea de los sentidos, de los puntos de vista, de las estructuras, como un amplio espacio que se extendiera fuera de las leyes que proscriben la contradicción (El "Texto" sería la propia postulación de este espacio)."

Escritura modesta, lectura loca... esa es mi invitación.

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